martes, 1 de mayo de 2007

Los pies en la tierra

Al pasar el viento entre sus ramas se regocijaba al sentir la libertad, sin olvidar por supuesto, que esto era momentáneo, ya que sus fuertes raíces le impedían moverse más allá de la flexibilidad de sus ramas.
Los pajaritos se posaban día a día en su copa y le hablabna de lo lindo que era el mundo y el lindo arbolito se conformaba con soñar con esos lugares, que jamás podría visitar.
Un día este árbol alto y fuerte, sufrió un gran dolor, porque un inescrupuloso le cortó una de sus ramas, el árbol entró en una gran tristeza y ya ni siquiera quería conversar con los pajaritos, nada consolaba su dolor, hasta que un día Martín El pescador, le dijo: ¡ya es suficiente! reponte de esto, la vida continúa, pero la desilución ante el mundo era infinita. Él creía en la bondad y buenas intenciones, pero ese inescrupuloso lo daño tanto, que necesitó de todo el amor del viento y del sol.
El árbol se dio cuenta que fuese, como fuese la vida, los riesgos iban a estar ahí, porque aunque se crea tener una solidez y seguridad para vivir, siempre hay algo que remece las ramas o destruye una parte, la gracia de la vida está en aprender a vivir con esta certeza.