sábado, 5 de mayo de 2007

Dorotea

Sí, así era su vida, vertiginosa, todo el día corriendo de un lado para otro, y aunque cada día hacia el compromiso de cambiar ese estilo de vida, no podía, porque ella en su esencia necesitaba ese vertigo para poder vivir.
Dorotea era ejecutiva de cuentas en un prestigioso banco, donde trabajaba hace cinco años, practicamente desde que se tituló de Ingeniero Comercial.
A sus 29 años, su vida estaba totalmente estructurada, tenía un auto del año y estaba empezando a pagar su nuevo departamento; lo único que le molestaba en su vida era la soledad, que sentía cada vez que abría la puerta de ese maravilloso departamento.
Dory, como le decían sus amigos, era una mujer linda, morena, de unos profundos ojos verdes y una larga cabellera castaña. El motivo de la soledad de Dory, era su extremada exigencia al momento de encontrar compañero, su última relación había terminado de la peor manera, con su novio con otra en su propia casa. De ese episodio ya había pasado más de dos años, pero para Dory era algo difícil de olvidar, por lo tanto tampoco estaba dispuesta a establecer una relación amorosa con nadie.
Pero la vida y el amor son impredecibles, y el amor llega cuando uno menos lo espera. Gastón apareció en su vida una fría tarde de invierno, cuando ella salía del banco en dirección a su solitario departamento.
Gastón era un hombre de unos 33 años, alto de tez clara y cabello rubio, cuando ella lo vio quedó prendada inmediatamente de sus hermosos ojos color miel, que dejaban ver la pureza de su alma, pero como era de suponer él no se percató de su existencia.
Dory que iba llena de expedientes para trabajar en casa, decidió en una fracción de segundo que no podía dejar pasar esta oportunidad, porque ella había sentido en su corazón que este era el hombre que la iba acompañar el resto de su vida. Así, como era de decidida ideó la manera de llamar su atención. Acomodo su cabellera y con paso firme y casi llegando frente a él dejó caer todas las carpetas que llevaba en las manos, como ella lo imaginó Gastón era todo una caballero y al ver tal desastre se detuvo a ayudarla.
Ese fue el instante, donde sus miradas se cruzaron y unieron para toda la vida, sí, porque Gastón se enamoró de ella apenas miró su hermoso rostro. desde ese instante comenzó una maravillosa amistad que con el paso del tiempo se transformó en un gran matrimonio feliz.