viernes, 4 de mayo de 2007

Bernardita

Sin saberlo su decisión cambiaría el destino y forma de ver la vida, si esa pequeña e insignificante decisión, según ella. Ese día por una extraña razón despertó muy temprano, como nunca, se levantó y aprovechó el tiempo para tomar un nutritivo desayuno y hacer su rutina de ejercicios, que tanto le costaba.
Bernardita, ese era su nombre, era de contextura gruesa, de esas mujeres que viven en la constante lucha con el peso; para ser aceptada socialmente, orque la gordura es casi un "pecado".
Terminados sus ejercicios, se puso su mejor tenida y salió rumbo al trabajo, en breves instantes sucedería.
Salió caminando con paso firme desde el departamento, ese día se sentía segura de sí misma, como casi nunca le sucedía. A la mitad del camino una medalla brillando en el suelo la hace agachar, al mirarla le encuentra algo familiar.
Bernardita era la menor de tres hermanos y con sus 28 años aún tenía acttitudes de niña. Hablaba todos los días con su mamá por internet, ya que había decidido cambiar de ciudad para independizarse totalmente, estaba claro que emocionalmente todavía le costaba y por eso había elegido la ciudad donde vivía su abuelita.
Esa medalla era muy parecida a la de su abuela, que además vivía en el mismo edificio que ella. La noche anterior se habían visto, porque una vez a la semana cenaban juntas.
Bernardita sintió un dolor en el pecho, sintió miedo, extraño, entonces sin pensarlo mucho se bajó de la micro y se devolvió al edificio, estaba convencida que algo había sucedido, eso tenía que ser una señal.
A medida que se acercaba su ansiedad crecía y casi llegando al edificio, comenzó a correr al departamento de la abuelita.
Se detuvo un instante frente a la puerta, tenía una sensación muy extraña. Respiró profundo y golpeó no sólo una vez, sino más de diez, pero nadie abrió, entonces sintió que sus peores temores se harían realidad.
Decidió utilizar la llave de emergencia, antes de eso sacó su celular y llamó a la policía, no sabe porqué razón lo hizo, pero reportó algo anómalo.
Abrió la puerta lentamente, se veía todo normal, empezó a caminar sigilosamente por el pasillo hacia el pasillo y...
Despertó en la clínica, con un tajo en la cabeza, el dolor hizo que todo volviera de repente a su cabeza
¡SU ABUELA!, rompió en llanto. Recordó que yacía sin vida en el suelo.